jueves, 1 de septiembre de 2011

Pacheco retoma lo universal


“Toda criatura gime con dolor de alumbramiento”. La Biblia.

Ser Quijote es soñar con la levadura de la creación. Esa magia que se envuelve en los andullos, despejando las incógnitas del recuerdo. Los lienzos de Claudio Pacheco recrean el grito sin bandera, expresan el sentir de las cosas que vuelven al todo y a la nada.

Un fuerte cromatismo reabunda en cada pincelada con una intensidad que nos habla de los orígenes de aquellos seres anónimos y emblemáticos que aparecen en la riqueza cultural de los pueblos que conforman nuestra América sincrética. El acento y la gracia popular de Andalucía se quedó entre nosotros, vibrando en los matices de unos quijotes que se beben en paisaje.

En líneas precisas el pintor retoma un tema universal, reminiscencia de un amarillo que se revela en imágenes heredadas de un pasado sempiterno “nos ladran Sancho. Parece que vamos por buen camino”. El artista del pincel y la espátula goza la flor, gota de rocío que renace en el verdor de la auyama.

Las obras de este santiaguero, nativo de Pueblo Nuevo, afloran en un ambiente lleno de luchas y sacrificios, reafirmando la identidad de un trópico que busca su propia libertad. El arte debe ser un nuevo decir, un encuentro sincero para fabular...

La noche se baña del relincho,
En el asombro sin frontera
Rozando el árbol del origen
El grito se multiplica
En el acertijo de la espera
Amanece en una mancha
¿De donde los molinos
atrapando siluetas?

Concluyo este comentario sobre los trabajos de Claudio Pacheco, con un planteamiento de Rafael Díaz Nieses, uno de los dominicanos de mayores luces y que supo nutrirse y valorar las diferentes expresiones de la cultura...

“El Arte, no puede ser una reacción mecánica no debe ser una simple reacción sensual por el contrario, el Arte debe ser el resultado de una evolución cerebral”.


Critica de
Dionisio López Cabral
Poeta



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